Si echamos una ojeada al diccionario de la RAE, en sus primeras acepciones, observamos que define a la suerte como: «Circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede».
Así, ¿puede haber por un lado suerte, y buena suerte por otro?
La verdad es que así es, o a esta deducción he llegado al cabo de atender muchas lecturas de tarot.
La suerte entendida como la define el diccionario, tiene que ver con el azar; con la aparición de circunstancias que no son controlables por la voluntad humana y cuyos efectos, pueden ser favorables o adversos. Y precisamente ésos que no son tan favorables, son los que nos molestamos en contrarrestar con rituales y talismanes.
Pero, por otro lado, es cierto en muy gran parte, que una gran porcentaje de ésta, la crea uno mismo.
Entonces, ¿qué actitudes tendríamos que tener para cultivar esa buena suerte?
I. Tener una actitud positiva ante las experiencias que se viven (aunque éstas sean un revés).
Si creemos que de alguna forma tenemos algo que ver en ese golpe del destino, debemos plantearnos cómo revertir esa situación, sin culpar a terceros.
II. Aprender del error.
III. -Tener autoestima y ser asertivos.
De esta manera, nuestra mente se entrenará en materializar lo que brilla a fuego lento en el fondo de nuestros corazones.
Y así aparecerá el anhelo que tanto soñábamos.
IV. Vislumbrar que ese sueño tan querido se hace realidad; lo tenemos que ver una y otra vez materializándose.
V. Sobre los asuntos que tenemos pendientes: o los llevamos a cabo inmediatamente, o nos olvidamos de ellos para siempre. Pero si adoptamos una actitud diferente a esta, no vamos a comprometernos con la buena suerte.
En ocasiomes, en nuestra existencia nos encontramos con encrucijadas y no sabemos qué camino escoger
Tenemos una decisión que sostener, una opción que tomar, pero no podemos escuchar a nuestra voz interior.
Sin embargo, recordamos que, en ocasiones, hemos sentido señales sobre cuál era el camino a elegir.
Precisamente, en estos casos, es cuando entra en escena ese ser consciente e inteligente, que en las ciencias metafísicas llamamos: Ser Superior.
Es el verdadero ser de uno. Y si lo dejamos manifestarse, puede mandarnos mensajes de muy distintas maneras (por ejemplo, a través de aquel dolor intestinal que sentimos cuando algo no está yendo bien, o mediante ese pitido de oído cuando se anuncia algún acontecimiento).
La relación con él, está muy ligada al desarrollo que de nuestra intuición hagamos.
Pero, debemos ejercitarla, ya que cuanto más aprendamos a distinguir las señales que ésta nos envía, más fácilmente aprenderemos a comunicarnos con él.
¿Cuáles son las señales de que nuestro Yo Superior quiere comunicarse con nosotros?
1
Aparece representado en nuestro destino un símbolo que nosotros mismos hemos identificado como portador de noticias. En distintas situaciones y momentos, se nos ha representado para enviarnos una señal. Podéis poner en conexión este apartado, con la siguiente de las secciones «Señales de alineación».
Por ejemplo, yo tenía una amiga que buscaba pareja. Así que, la ayudé a meditar. Ella me comentó, además, que la señal que quería recibir para saber que su chico era el correcto, era una estrella. Así que esa fue la señal que le hizo saber cuál era el hombre acertado para ella, cuando en la App de citas que tenía, uno de ellos la agregó a sus favoritos (ella recibió ese símbolo representado en forma de estrella en su teléfono móvil).
Os invito a que tengáis vuestra propia señal de alineación, representada por aquel símbolo que tenga un significado específico para vosotros. (En el Apartado de las Señales de alineación, podréis aprender a establecer esa señal).
2
Recibimos una sensación física que venimos identificando hace tiempo, con algún aspecto en concreto. Por ejemplo, como sinónimo de que, o bien un familiar vendrá a visitarnos (picor de cejas), o bien tenemos cierto dolor en nuestras extremidades (cuando no debemos emprender una nueva actividad), o sufrimos dolor en nuestra laringe, (cuando no podemos expresar nuestras emociones porque estamos bloqueados).
Tenemos sueños que nos revelan señales sobre lo que va a suceder.
Sobre este extremo, tengo que deciros, que sé que es algo que no vais a dominar con absoluta soltura. Pero, sí que podréis llegar a recibir alguna señal.
Sin embargo, no os será fácil diferenciar estas comunicaciones, de aquellas otras, que meramente sean el reflejo de vuestros miedos o deseos subconscientes.
Existen otro tipo de señales, que nos advierten de nuestra comunicación con nuestro Ser Superior. Las seguiremos tratando más adelante.
Señales de alineación
A menudo, cuando me encuentro con personas que confían en que hay algo más allá que las guía, éstas me comentan que creen haber recibido su señal, pero que no están seguras de lo que significa.
También puede suceder, que no se esté recibiendo ninguna. Lo cual, en ese caso, aprovecho para deciros, que es a su vez una buena señal, porque significa que estamos en el buen camino. No recibir signos que nos confirmen que estamos en la relación romántica correcta, ¡ya es una gran señal! Porque significa que estamos en el camino acertado.
Entonces, ¿cuándo hemos de pedir esa comunicación del universo con respecto a nosotr@s mismos? Es fácil, cuando por ejemplo, no estamos segur@s de qué decisión tomar, o sencillamente necesitamos verificar que estamos en el camino adecuado.
Asimismo, tengo que deciros que no debemos obsesionarnos acerca de qué señal recibir. Tiene que ser algo que, sencillamente, venga a nuestra mente de una forma natural. Incluso puede ser el título de una canción, algún objeto o un animal.
Lo que es fundamental, es que si pedimos esa señal al Universo, una vez la recibamos, sigamos el camino que ella nos marque.
Recuerdo que a mi amiga de siempre, le costó mucho decidir acerca de si debía hacer o no un viaje. En un momento de tranquilidad, sentada en un parque, cayó sobre ella una pluma de ave. Y se prometió que si volvía a recibir alguna, lo cursaría. Así que, cuando el día de su cumpleaños vio que el papel que envolvía su regalo, llevaba dibujada una gran pluma blanca, no dudó en que tenía que hacerlo. Y así fue que resultó ser una de las escapadas más emocionantes de su vida.
Si recibimos una señal, hemos de seguirla.
Pero, no intentemos forzar que aparezca. O no intentemos darle un significado, cuando en realidad, sentimos que no representa nada para nosotr@s. Ya que esto es una indicación de que no estamos alineados con el Universo. Para esto podemos meditar y orar. Y así nos reencontraremos con nosotr@s mismos y acabaremos recibiendo nuestra señal.
I. A su vez, tenemos que pensar, que todo lo que sucede en nuestras vidas es por algo bueno para nosotr@s; para algo positivo y constructivo.
Así, una misma circunstancia puede ser vivida por una persona, como un golpe bajo, y por otra que tenga mentalidad positiva, como un obsequio que la vida le hace, para poder aprender y llegar a ser mejor de lo que era.
En casi todos los consultantes que tienen la facultad de crear buena suerte, encuentro esta segunda vertiente.
Y tú, ¿crees que eres el creador de tu suerte?