Si lo que realmente queréis es despediros de esa persona que tanto atormenta vuestro pensamiento para que no intercepte vuestro plano psíquico, tenéis que hacerlo en debida forma y con una declaración de intenciones.
Debéis hacerlo en una carta, en la que incluiréis vuestro nombre como declarantes, hacia quién la dirigís y qué pedís exactamente (que no es más que OLVIDAR a esa persona).
(Sobre todo, no mencionéis nada malsonante ni agresivo en la declaración que hagáis).
Esto lo tenéis que cerrar en una cajita de madera…
… y enterrarlo bajo tierra.
Aquí tenéis esta fórmula sencilla y que podéis seguir vosotr@s mismos.